¿Qué sociedad roba a sus escuelas?

¿Algo estamos haciendo mal cuando los hombres roban en las escuelas de nuestros hijos? Fue la pregunta que vino a mi mente después de haber visto una noticia en la televisión mientras degustaba mis alimentos. Ello, desde luego, motivó mi curiosidad y me llevó a indagar y a leer algunas de las noticias más recientes sobre este tema que, diversos medios de comunicación, han reportado a través de sus portales de noticias digitales, mismos que circulan por la internet. 

“Roban escuelas durante la pandemia”, así lo reportó Monserrat García de El Sol de San Juan del Río, de Querétaro, el pasado 13 de agosto. Y es que, señala la reportera, ante la imposibilidad de dar clases presenciales en las mismas, de manera progresiva, han desmantelado las escuelas llevándose cables, tubería, lavabos y equipamiento educativo que, de alguna manera, han proporcionado los padres de familia a los centros escolares.

Por su parte, la redacción del periódico digital Cambio 22, de Quintana Roo, informó que el pasado 12 de agosto, habían sido robadas y vandalizadas 83 escuelas durante la pandemia en ese estado, afectando a un número importante de alumnos y profesores que ahí acudían a sus clases antes de la contingencia sanitaria porque, en lo que va de estos meses, se han sustraído cables eléctricos, aires acondicionados, cables de cobre, medidores de luz, protectores, ventanas y puertas, tubería de tanque de gas, diverso mobiliario, equipo de cómputo y eléctrico, tinacos, plomería y artículos inventariados.

Otra reportera, Nadia Mendoza, el 15 de agosto, publicó una nota en El Sol de Tlaxcala que llevó por título: “En curso, investigación por robo a 17 escuelas”. Y es que, a decir de la periodista, dichos robos se habían presentado en la entidad tlaxcalteca desde el mes de marzo a la fecha en que cerraba esa nota, por lo que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), había iniciado 17 carpetas de investigación por hurto a los colegios de los que habían sustraído equipos de cómputo, pantallas, proyectores, herramientas de jardinería y hasta borregos.

Sobre este mismo asunto, el 5 de septiembre, Lidiet Mexicano, del periódico digital Vanguardia Mx, reportaba que en Coahuila, habían robado 350 escuelas durante la pandemia; las afectaciones que tuvieron dichos centros educativos fueron de diversa naturaleza pero, lo que más llamó la atención de las autoridades y de los habitantes de esa entidad federativa, según esta informante, fue el robo de 90 paquetes de útiles escolares.

En este mismo tenor, Cecilia Nava, el pasado 4 de octubre, reportó a través de El Sol de México, de la Ciudad de México, que del 3 de abril al 31 de julio de 2020, 61 planteles educativos fueron robados ocasionándoles a éstos daños a sus instalaciones, sustracción de muebles y otros enseres educativos, motivo por el cual, la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, expresó que ya se había puesto en marcha la aplicación Mi Policía en mi Escuela, una alarma silenciosa mediante la cual, los ciudadanos, podían reportar cualquier ilícito en flagrancia en las escuelas cuando así lo observaran.

En la misma tesitura, el pasado 15 de octubre, la redacción del periódico digital Noticias Cuautla, de Morelos, reportaba que, en plena pandemia, se habían registrado 25 robos a escuelas y que, algunas de ellas, habían sido saqueadas más de dos veces; esto, según los datos de la autoridad educativa de esa entidad federativa, misma que informó que el material que había sido robado de éstas, consistía en tuberías y aparatos electrónicos.

Sí, fueron seis notas que leí y elegí para exponerlas en estas líneas, aunque debo señalar que encontré muchas más; sin embargo, a partir de su contenido, de los datos que los periodistas aportaron, del estado o ciudad en la que se recabó la información, entre otras cuestiones más, es que consideré relevantes, repito, para que pudieran acompañar estas líneas.

Dicho lo anterior, de nueva cuenta saltaron en mi mente otra serie de interrogantes: ¿quién debería proporcionar seguridad a las escuelas?, ¿cuál es el papel de la federación, estados y municipios en este rubro?, ¿por qué debería proporcionarse esa seguridad?, ¿qué papel juega la sociedad en este asunto?, ¿qué es lo que ha propiciado tales robos?

Al respecto, tengo claridad que el Estado, a través de sus instituciones, tiene la obligación de velar por la seguridad pública de sus habitantes y de las propiedades que son parte de éste. Ello no está a discusión, puesto que en el Artículo 21 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (CPEUM), así lo establece: “La seguridad pública es una función del estado a cargo de la federación, las entidades federativas y los municipios, cuyos fines son salvaguardar la vida, las libertades, la integridad y el patrimonio de las personas… La seguridad pública comprende la prevención, investigación y persecución de los delitos, así como la sanción de las infracciones administrativas, en los términos de la ley…”.

Sobre la persecución de los delitos, ¿qué señala el Código Penal Federal vigente? Bien, en su Título Primero sobre la Responsabilidad Penal, Capítulo I Reglas generales sobre delitos y responsabilidad, Artículo 7º, se define al delito como “el acto u omisión que sancionan las leyes penales”. De esta forma, en su Título Vigésimo Segundo de Delitos en Contra de las Personas en su Patrimonio, Capítulo I Robo, Artículo 367, se señala que “comete delito de robo el que se apodera de una cosa ajena mueble, sin derecho y sin consentimiento de la persona que puede disponer de ella con arreglo a la ley”. En este mismo sentido, por lo que toca a las posibles sanciones, el Artículo 381 Bis, de este Código, señala: “Sin perjuicio de las sanciones que de acuerdo con los artículos 370, 371 y 372 deben imponerse, se aplicarán de tres días a diez años de prisión al que robe en edificios, viviendas, aposento o cuarto que estén habitados o destinados para habitación, comprendiéndose en esta denominación no sólo los que estén fijos en la tierra sino también los móviles sea cual fuere la materia de que están construidos, así como aquellos lugares o establecimientos destinados a actividades comerciales”. Finalmente, en su Capítulo VI Daño en Propiedad Ajena, Artículo 397, se especifica que: “Se impondrá de cinco a diez años de prisión y multa de cien a cinco mil pesos, a los que causen incendio, inundación o explosión con daño de peligro de: III. Bibliotecas, museos, templos, escuelas, edificios y monumentos públicos” (DOF, 2020).

Como hemos visto, jurídicamente, la delincuencia pude definirse como una conducta humana reprimida por la ley penal de nuestro país, sin embargo, ¿cómo puede verse este hecho desde la sociología? A decir de Nureña (2014), se trata de un verdadero fenómeno social, manifestado por la comisión de actos no solo sancionados por la ley, sino que, además, implica trasgresiones a los valores reinantes en la sociedad. En consecuencia, puedo decir, que se trata de conductas antijurídicas, pero también, antisociales que, de alguna manera, han ido en aumento porque, como bien señala (Tonkonoff, 2016), todo nuevo delito es siempre, y fundamentalmente, una invención cultural.

 ¿Qué es lo que está fallando entonces?, ¿las leyes?, ¿la aplicación irrestricta de esas leyes?, ¿las instancias de procuración de justicia?, ¿la escuela?, ¿la sociedad?, ¿los hombres?

Tengo claro pues, que el tema es amplio; lleno de diversas aristas que, de cierta manera, deben ser desmenuzadas para comprender el fenómeno como tal; sin embargo, a bote pronto, pienso que el delito y la delincuencia tal y como hoy la conocemos, se ha interiorizado y normalizado en nuestra sociedad y, desafortunadamente, la hemos aceptado.

La ley está escrita, ¿habría que pensar en reformarla para que sean más severas las sanciones para quien comete un delito como el que he expuesto?

La escuela, dada la función social que le ha sido encomendada a través de estos años, ¿ha cumplido con su encomienda para que no se normalicen tales hechos?

La sociedad, ¿estará dispuesta a modificar sus conductas para dar paso a una cultura de respeto y aprecio por todo aquello que le produce un bien social como lo es el campo educativo?

¿Qué podemos hacer al respecto?

Con negritas:

Justo en el momento en que cierro estas líneas, por las redes sociales me entero que, en la Benemérita Escuela Normal Veracruzana, varios sujetos ingresaron a robar, por la madrugada, llevándose consigo equipos de cómputo y diversos materiales educativos. Insisto, ¿qué sociedad roba a sus escuelas?  

Referencias:

Código Penal Federal. Útima reforma publicada en el DOF el 01/07/2020. Recuperado de: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf_mov/Codigo_Penal_Federal.pdf

Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Última reforma publicada en el DOF el 08/05/2020. Recuperado de: http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf_mov/Constitucion_Politica.pdf

García, M. (13/08/2020). Roban escuelas durante la pandemia. EL sol de San Juan del Río. Recuperado de: https://www.elsoldesanjuandelrio.com.mx/local/roban-escuelas-durante-la-pandemia-5620621.html

Mendoza, N. (15/08/2020). En curso, investigación por robo a 17 escuelas. El Sol de Tlaxcala. Recuperado de: https://www.elsoldetlaxcala.com.mx/local/en-curso-investigacion-por-robo-a-17-escuelas-5630755.html

Mexicano, L. (5/09/2020). Roban y vandalizan 350 escuelas de Coahuila durante la pandemia. Vanguardia Mx. Recuperado de: https://vanguardia.com.mx/articulo/roban-y-vandalizan-350-escuelas-de-coahuila-durante-la-pandemia

Nava, C. (4/10/2020). Aprovechan Covid-19 para robar escuelas. El Sol de México. Recuperado de: https://www.elsoldemexico.com.mx/metropoli/cdmx/aprovechan-covid-19-para-robar-en-escuelas-5842991.html

Nureña, C. (2014). La sobrepenalización del delito de robo agravado: su incidencia delictiva en la ciudad de Trujillo durante los años 2008-2009. Texto recuperado de: file:///C:/Users/ABELARDO/Downloads/905-2314-1-PB.pdf

Redacción Cambio 22. (12/08/2020). Robadas y vandalizadas 83 escuelas durante la presente pandemia. Cambio 22. Recuperado de: https://cambio22.mx/robadas-y-vandalizadas-83-escuelas-durante-la-presente-pandemia/

Redacción Noticias Cuautla. (13/10/2020). En pandemia, se registran 25 robos a escuelas. Noticias Cuautla. Recuperado de: http://noticiasdecuautla.com/index.php/2020/10/13/en-pandemia-se-registran-25-robos-a-escuelas/?fbclid=IwAR3NUirBnErO_KYzBxNN9VNDc0Qc8bwEIBTzHc3ZAq3FLRUprCxScH7YTfw

Tonkinoff, S. (2016). La Sociología Criminal de Gabriel Tarde. Texto recuperado de: https://www.researchgate.net/profile/Sergio_Tonkonoff/publication/305414042_La_Sociologia_Criminal_de_Gabriel_Tarde/links/59becae3a6fdcca8e56cba54/La-Sociologia-Criminal-de-Gabriel-Tarde.pdf

¿A qué le llama revalorización docente el Secretario?

Con la llegada de Elba Esther Gordillo al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), las alianzas de esta organización sindical con los gobiernos de Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón, se fortalecieron. Ya sea al frente o tras bambalinas, el poder de La Maestra se hacía presente. De eso no hay duda. Por ello es que, desde hace tiempo, he venido sosteniendo que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no fue colonizada por este Sindicato, tal y como lo ha afirmado Carlos Ornelas en reiteradas ocasiones. Desde mi perspectiva, siempre hubo un pacto que favorecía a las partes. ¿Una evidencia que sostenga este argumento? La llegada del yerno de la profesora, Fernando González Sánchez, a la Subsecretaría de Educación Básica; obviamente, tal designación según se especuló, fue a cambio de un cierto número de votos en las elecciones de 2006.

¿Qué pasó durante el sexenio de Enrique Peña Nieto? La historia reciente nos ha dicho que, Gordillo Morales, fue acusada y encarcelada por un presunto desvió de fondos, aunque años más tarde, haya sido liberada. No obstante, lo anterior, la otra parte de esta historia; esa que generalmente no se cuenta pero que recorre los pasillos de muchos escenarios políticos, educativos y sindicales argumenta que, en definitiva, La Maestra, no fue bien vista por el gobierno que recién iniciaba y que, como sabemos, traía bajo el brazo una reforma educativa que, como nunca antes, agravió al magisterio. Más adelante abundaré un poco más sobre ello.

Como bien decía, durante 4 sexenios, las cosas para el magisterio mexicano parecían marchar sin mayor contratiempo. ¿Hubo alguien, en esos gobiernos, que se opusiera a los designios de la profesora Gordillo? En absoluto. Ella tenía esa habilidad política para lograr lo que se proponía en “pro de sus maestros”, aunque esto no fuera del todo cierto. ¿Esto orilló a que, en febrero de 2012, Mexicanos Primero lanzará De Panzazo? A ciencia cierta no lo sé, lo que sí tengo claro es que, con esa película, que en su estreno obtuvo ingresos superiores a los 11 millones de pesos (Gutiérrez, 2012), se inició una campaña de desprestigio hacia las maestras y maestros de México. ¿Este fue el comienzo de una visible y muy sentida desvalorización del gremio? Pienso que sí porque, si bien es cierto que durante los gobiernos que ya he enunciado la valorización del magisterio tenía sus altibajos, también es cierto que, en ese filme, dirigido por Carlos Rufo y Carlos Loret de Mola, se generalizó en demasía; hecho que provocó que esa sociedad llegara a considerar que, ciertos eventos “educativos” que en éste aparecían, sucedían en cada una de las aulas del territorio mexicano. ¿Se imagina usted lo que significa que un mismo profesor trabaje en 8 o 9 grupos en una secundaria de la Ciudad de México, con 30 o 40 alumnos cada uno? Pues el retrato visto en esta cinta, no exponía precisamente: la incapacidad de las autoridades para establecer una política que disminuyera el número de estudiantes en un salón de clases; la insuficiencia de recursos y materiales didácticos con los que los profesores contaban para el desarrollo de sus clases; el paupérrimo salario que, por años, han percibido los mentores; las sentidas carencias económicas de los padres de familia dados los diversos contextos que se tienen en el territorio mexicano; no, por el contrario, se fijó la atención en las “conductas” que algunos profesores tenían para con sus alumnos y escuelas, sin que se haya mostrado todo lo que significaba (o significa) dar una clase, estar en la escuela durante una jornada completa, etc. Solo se mostró aquello que se quiso mostrar con el afán de señalar la deficiente educación de nuestro país. El golpe ya estaba dado.

A ello, desde luego, le siguieron los medios de comunicación televisivos y no televisivos; las noticias o reportajes circulaban a raudales; en muchos de ellos, se hablaba de la poca calidad educativa que ofrecía el Sistema Educativo Nacional (SEN); principalmente, se culpaba a los maestros; se tasaba parejo, aunque muchos de éstos, en su lucha, peleaban por sus derechos. ¿Qué pasaba en el Sindicato de Maestros en aquel no tan lejano 2012? Una lucha férrea por mantener un lugar y ciertos privilegios. ¿Qué pasaba con los maestros? La incertidumbre, confusión, desasosiego.

Así, ni tarde ni perezoso, en febrero de 2013, la profesora Gordillo fue detenida en Toluca, Estado de México. El Pacto por México había hecho lo suyo y, según se especuló, se quitó a un obstáculo del camino. Dato curioso, en este mismo mes y año, la reforma educativa peñanietista fue declara constitucional y publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF).

¿Qué siguió? La inadecuada implementación de tres leyes: la Ley General de Educación (LGE), la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (LINEE) y la Ley General del Servicio Profesional Docente (LGSPD); esto, aunado a una frase que caló hondo en el gremio: “cualquiera puede ser maestro”. ¿Habrase visto mayor desvalorización del magisterio?, ¿habrase visto tal agravió a tan noble profesión? ¿Y el SNTE con Juan Díaz de la Torre? Guardó silencio. Y cómo no hacerlo si los miles de millones de pesos ya estaban depositados en alguna cuenta de ese Sindicato a cambio, según se dijo, de promover y difundir la reforma educativa de ese sexenio.

Indiscutiblemente que este cúmulo de sucesos, fueron bien capitalizados por un eterno candidato a la presidencia de nuestro país. Con el paso de los años, revalorizar el quehacer docente, y a los docentes, se convirtió en algo rentable; algo que le traería buenos dividendos; y se cumplió tal hecho. Se ganaron las elecciones y la derogación de la mal llamada reforma educativa se vio cristalizada en 2019. Con ello, quedaron atrás las afectaciones laborales hacia los profesores por una evaluación, a todas luces, punitiva.  

En este sentido, tal parece que la revalorización docente a la que reiteradamente alude el actual Secretario de Educación, Esteban Moctezuma, está directamente ligada con la eliminación de esa evaluación punitiva, y con la percepción que él, repito, solo él tiene sobre la función social del maestro. ¿Qué evidencia tiene para asegurar que la sociedad ha revalorado el papel del profesorado mexicano en estos días en los que la pandemia ha desnudado las carencias de cualquier pueblo?, ¿qué evidencia tiene para sostener que el gobierno lopezobradorista ha sentado las bases para revalorizar al docente porque en anteriores gobiernos no se había hecho?, ¿acaso un organismo externo e independiente ha levantado una encuesta que permita conocer algunos datos sobre el reconocimiento social de la profesión docente en México?, ¿acaso se han mejorado los sueldos y salarios de los profesores, así como también, sus condiciones laborales y profesionales?, ¿acaso ya se cuenta con escuelas dignas a partir de las cuales se atienda a los estudiantes?, ¿acaso, durante la pandemia, se han brindado los mejores equipos y una conexión a internet gratuita para los maestros y alumnos? En suma, ¿a qué le llama revalorización docente este Secretario? Digo, porque desde Reyes Tamez, Josefina Vázquez, Alonso Lujambio, José Ángel Córdova, Emilio Chuayffet, Aurelio Nuño, Otto Granados y, más recientemente, este Secretario, he escuchado expresarles tan controversial concepto, pero ¿qué ha pasado en los hechos?

Aquí el asunto es claro: no todo es Televisa ni Tv Azteca, Sr. Secretario. La percepción de la revalorización docente, no está en sus “datos”.

Referencias:

Gutiérrez, V. (28/02/2012). De Panzazo! Rompe récord en taquilla. El Economista. Recuperado de: https://www.eleconomista.com.mx/arteseideas/De-Panzazo-rompe–record-en-taquilla-20120228-0087.html

El SNTE, sin tecnologías educativas, pero: ¿y las computadoras?

En 2007, Ricardo Raphael, publicó el libro “Los Socios de Elba Esther”; un texto que expone diversos pasajes de la trayectoria sindical de la ex dirigente vitalicia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Elba Esther Gordillo Morales, así como también, una serie de eventos que, cual murmullos, aún se escuchan entre el magisterio mexicano.

Para el caso que nos ocupa, el de la existencia de un “Programa” denominado “Tecnologías Educativas y de la Información”, Ricardo Raphael (2007) señala lo siguiente: “… la primera aportación que Fox Quesada hiciera a favor del gremio magisterial, por una cantidad de mil 800 millones de pesos, fue destinada también a Nuevas Tecnologías. Sin embargo la información oficial que se registra por parte de la SHCP no corrobora este hecho. Según datos oficiales, sí existe un fideicomiso que otorga recursos para un programa denominado Tecnologías Educativas y de la Información, cuyos fondos se revisan anualmente en la negociación salarial ocurrida entre el SNTE y la SEP. A través de este instrumento, el gobierno destinó solamente 75 millones, durante 2006, y 100 millones en el año 2007. Con todo, fuentes internas del sindicato informan que, durante ese sexenio, el SNTE recibió en total la cantidad de 4 mil 321 millones de pesos destinados a ese rubro. Lo curioso del caso es que, a diferencia del fideicomiso para la Vivienda Magisterial, este otro fideicomiso dedicado a modernizar tecnológicamente al magisterio no aparece en el informe que la SHCP produce trimestralmente” (p. 250).

¿Por qué no apareció, en el informe trimestral de la SHCP, la “salida” de ese recurso?, ¿cuál fue el destino de esos 4 mil millones de pesos?, ¿quién o quiénes administraron los “dineros” que fueron entregados al SNTE por parte del gobierno federal?, ¿cuáles y cuántos docentes se vieron beneficiados con este programa?, ¿por qué el SNTE no rindió, ni ha rendido, un informe puntual sobre tal fideicomiso?, ¿en verdad existió este programa?

Esta última pregunta viene a colación porque, recientemente, el Secretario General del SNTE, Alfonso Cepeda, en entrevista para Milenio, dijo haber pedido a la Secretaría de Educación Pública (SEP), que se retomara el fideicomiso para la adquisición de computadoras para docentes creado desde hace, por lo menos, once años pero que, hasta ahora, no se había traducido en mejoras para el magisterio nacional y, dados los tiempos que estamos viviendo, tales equipos serían indispensables para los docentes puesto que, durante la contingencia sanitaria, estarían en contacto con sus estudiantes de manera virtual en tanto no haya condiciones para regresar de manera presencial a las aulas (Wong, 2020).

Esta declaración abre otra serie de incógnitas que me parecen de lo más relevantes: ¿acaso este dirigente sindical desconocía que el SNTE recibió recursos, durante el sexenio de Vicente Fox y Felipe Calderón, para la operación de este programa?, ¿no fue él parte de ese cuadro que, conjuntamente con Juan Díaz de la Torre, acompañó a La Maestra cuando el SNTE era el todo omnipotente en México?, ¿no acaso dentro de su amplia trayectoria sindical ocupó la tesorería, cargo que le pudo haber permitido, conocer a fondo el manejo de los recursos que ingresaban y egresaban de esta organización sindical? En fin, varias interrogantes; pocas respuestas.

Ahora bien, una noticia que me llamó la atención en estos días, y que está relacionada con este mismo tema, fue la que el mismo periódico digital, Milenio, dio a conocer el pasado 28 de septiembre del año en curso. David Monroy, reportero de este medio, título su nota de la siguiente manera: “SNTE acusa que Graco Ramírez ‘olvidó’ entregar 20 mdp para comprar computadoras” (Monroy, 2020). De esta forma, este periodista, reporta que la dirigente del SNTE en Morelos, señaló que desde 2012 no se aplicaron los recursos para comprar computadoras a maestros, por lo que exigió que se localicen dichos recursos para que, con ellos, se pudieran comprar equipos de cómputo que, en estos momentos, serían muy útiles para miles de maestros que no tienen condiciones suficientes para impartir sus clases de manera virtual.

De hecho, sobre este asunto, en Tamaulipas ya se había presentado esta demanda a la Secretaría de Educación de ese estado de la República Mexicana; para ser más precisos, el 20 de julio de 2020, el periódico digital El Mañana, publicó una nota cuyo título, tiene alguna similitud con la anterior: “Maestros de Tamaulipas exigen a la SET laptops retenidas desde el 2018” (Gaceta.mx, 2020). El texto como tal, alude a que el Movimiento Magisterial de Tamaulipas (integrado por maestras y maestros de la Sección 30 del SNTE) demandaba a la SET, que se reactivara el fideicomiso para la compra de equipos de cómputo para los maestros puesto que, como tales, se convirtieron en una herramienta vital, sobre todo, por los cursos y las clases en línea que se tendrían que realizar.

Tres demandas, una misma “necesidad”: la reactivación del fideicomiso para la operación del Programa Tecnologías Educativas y de la Información; mismo que, según parece, traería un beneficio directo para los maestros y maestras de México dada la posible obtención de un equipo de cómputo. En este sentido cabe preguntarse: ¿por qué hasta este momento, la dirigencia nacional del SNTE, plantea esta demanda a la SEP y al Gobierno Federal?, ¿no acaso este fideicomiso era, y es, parte de la negociación que año con año presenta el SNTE a la SEP?, ¿cuál fue el destino de los recursos si, como hemos leído, éste se hacía llegar a cada una de las entidades federativas?, ¿por qué si han existido evidencias de irregularidades en la “entrega” de equipos de cómputo por parte del SNTE (Martínez, 2014) la justicia no avanzado hacia el cumplimiento de las leyes?. En resumidas cuentas, ¿para qué quiere el SNTE reactivar dicho fideicomiso si, en los hechos, no ha habido transparencia en el manejo de los recursos y, en menor medida, en la entrega de los equipos de cómputo?, ¿no cabría la posibilidad de que primero presentara un informe detallado del manejo, uso y destino de los recursos recibidos, así como de la entrega de equipos de cómputo a los maestros para que, con base en ello, exigiese lo que tendría que exigir a la autoridad competente?

¿Usted le cree al SNTE? Yo no.

Referencias:

Ayotzinapa, la misma herida…

Después de colocar una fotografía en el pódium, María Martínez Zeferino, madre de Miguel Ángel Hernández Martínez, uno de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos la noche y madrugada del 26 y 27 de septiembre de 2014 en Iguala, Gro., con voz firme se dirige al Presidente. No, no lleva hojas en sus manos; no, no lleva un discurso preparado; solo la fotografía con el rostro de su hijo. La exigencia, al igual que hace seis años, es la misma: la aparición con vida de sus hijos.

Firme y decidida, recuerda el compromiso que el mismo López Obrador hizo: “ayudarles a encontrar a sus muchachos”. Y es que ya son dos años de gobierno y seis años de la desaparición de sus hijos y los avances han sido mínimos.

Suplica, al Presidente, que apriete el paso, al mismo tiempo en que emite un doloroso “entiéndanos” porque, si por ellos fuera, “destruirían todo porque les quitaron a sus hijos”. Y luego sentencia: “usted como padre nos entiende; póngase un día en nuestro lugar, porque esto es lo que duele más, que le arrebaten a un hijo”.

Recuerda que el camino no ha sido sencillo; la lucha de los padres de familia de los 43, en la búsqueda de la verdad, desde luego, ha sido intensa. Nadie de ellos estaba preparado para esto, pero, por el amor a sus hijos, se han enseñado y por ello recuerda todo el camino, los gritos y la exigencia que durante seis años han venido realizando. Y es que, como padres y mexicanos, afirma categóricamente: “tenemos el derecho de tenerlos con nosotros”.

La súplica vuelve a su origen: “no nos defraude… que les apoye”; y asevera enérgicamente: “dicen que nuestros muchachos se los entregaron a la delincuencia; a nosotros no nos interesa eso, se los llevaron los policías, participaron militares; hubo videos; hubo fotografías; operaron en el C4; dónde están todas esas pruebas; dónde quedaron; y cuándo le van ‘a llegar’ a los militares”.

El sentimiento y la nostalgia aparecen, de nueva cuenta, en sus palabras: “para nosotros cada día que pasa nos desespera, llega día y noche y no sabemos nada; salimos y regresamos a la casa con las manos vacías”. Y el clamor es el mismo: “si no les gusta vernos en las calles, no les gusta que estemos bloqueando, entréguenos lo que queremos y con gusto nos retiramos”.

Con firmeza, pero con una mirada que refleja cierta impotencia y una voz que retumba en aquel espacio, afirma: “dicen que parecemos locos; tal vez sí, locos de dolor porque cargamos este dolor; dónde lo dejamos; qué hacemos con este dolor que lo cargamos acá; cómo podemos hacerle como padres”.

Segura de sí misma, advierte: “tápele la boca a esas personas que hablan mal de usted, y lo mismo de nosotros”. Y con cierto tono, que refleja un dejo se impotencia y coraje, señala: “si cargamos el coraje, al menos como madre lo hemos demostrado, hemos salido, no hemos descansado; pero quién de ustedes no haría lo mismo”.

Y cierra, con unas palabras lapidarias para un gobierno que, si bien es cierto no fue el causante de tan dolorosa tragedia, si lleva el peso inquebrantable de la búsqueda de la verdad en sus hombros: “aquí vea a estos padres, andan enfermos, vienen de sus comunidades, pero aquí están, porque tenemos una esperanza y grande; en nuestra casa nos falta un miembro; vemos la cama vacía, la mesa; no es posible, ya voy a comer y mi hijo, ¿ya comió?, ¿está enfermo?, ¿cómo está?; busquen señor, a nuestros hijos por ahí los tienen, y yo nunca voy a dejar de exigir, siempre voy a gritar: que los queremos vivos porque así se los llevaron, que nos lo regresen porque así como se los llevaron tienen que regresarlos; no tienen ningún derecho de disponer de vidas ajenas”.

Sí, la herida sigue siendo la misma. Después de seis años, nada ha cambiado.

“Vivos se los llevaron, vivos los queremos”.

Referencias:

  • Informe a seis años de la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, desde Palacio Nacional.

Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=oKlrXzI6_sM

La escuela no es una puesta en escena.

Desde el mes de agosto de este año y aún, antes de ello, la Secretaría de Educación Pública (SEP), ha venido construyendo la idea de que la escuela es una puesta en escena, y esto no es cierto. Ningún maestro llega con un guion preparado para dar clases y, mucho menos, para abordar un contenido de español, matemáticas o de exploración y conocimiento del medio. Si es cierto, toma como referente los resultados que obtuvo del diagnóstico que elaboró y aplicó al inicio del ciclo escolar para estructurar su planeación. Con base en esto, considera las estrategias didácticas que puede emplear a lo largo del bimestre o trimestre para propiciar la generación de conocimiento en sus estudiantes; sin embargo, éstas cambian. Sí, siempre están en constante movimiento.

Y es cierto, la planificación no es rígida, es flexible; se modifica de acuerdo a las condiciones del contexto, de la escuela, del aula, o de las emocionales que, en un momento determinado, el profesor percibe en sus alumnos. No es, ni por un instante, un instrumento que no sufra cambios cuando comienza una sesión relacionada con las letras, los números o los efectos de la naturaleza y del cambio climático.

Luego de esto, el arte de comunicar entra en juego. Sí, ese cúmulo de habilidades docentes que el profesor pone en marcha para lograr que sus estudiantes comprendan el mensaje, reflexionen sobre tal o cual hecho y, con base en ello, tomen las decisiones más pertinentes. Todo se traduce en una adecuación de actividades de acuerdo a las circunstancias; en una conducción del proceso de enseñanza y de aprendizaje de acuerdo al grado y nivel cognitivo de los chicos; en un auxilio constante para lograr que ese proceso siga el curso esperado; en una utilización de estrategias didácticas que, de acuerdo a los canales de aprendizaje de los educandos, el maestro emplea sin mayor problema; en un constante manejo de técnicas para que los niños, sean sus propios agentes formativos. Y en el centro de esto, más habilidades docentes: cognitivas/cognoscitivas, discursivas, metodológicas; en fin, esas habilidades que permiten el desarrollo de la acción formadora. Nada es unidireccional, todo se corresponde; la interacción así lo favorece.

Por su parte el alumno inquiere, observa y vuelve a inquirir; se sienta, traza algunas líneas, habla consigo mismo, vuelve a trazar más líneas y las acompaña con un dibujo, y luego viene la irrefutable pregunta que encierra una gran sabiduría: ¿así voy bien maestra? Desde luego, la profesora con ese cúmulo de conocimientos sobre sus hombros da una respuesta. La acción formadora sigue; no se detiene ni por un instante. 

¿Y el libro de texto? Es un complemento. No es centro del aprendizaje. Su función se halla entre el conocimiento y la capacidad de los infantes para responder sus actividades. ¿No acaso el maestro emplea éste y otros recursos para generar un aprendizaje?, ¿no acaso el contexto o las situaciones vividas son parte de ese andamiaje? Desde luego. Unas piedritas, unos palitos, las nubes, la lluvia, el sol, la noche, las estrellas, en fin, todo lo que conocemos y que gira a nuestro rededor genera un aprendizaje; de ahí la importancia mediadora de maestro. Él, con su gran capacidad derivada de su formación pedagógica, logra poner en centro aquella cuestión que, por principio de cuentas, propicia la reflexión. ¿Por qué llueve?, ¿han visto cómo viajan las nubes en el cielo?, ¿qué es lo que pasa cuando soplan vientos del norte? Son algunos cuestionamientos que inician la búsqueda del conocimiento.

No, nada es unidireccional y la SEP debería saberlo.

Debería saber que el proceso de enseñanza y aprendizaje va más allá de lo que puede proyectarse a través de un televisor.

Cierto, habrá quien me diga que en nuestro país no existía otra opción más que la que el gobierno federal, y la propia SEP, diseñaron para que cuatro televisoras trasmitieran los programas de Aprende en Casa II, y hay cierta razón en ello. Sin embargo, desde que inicio la contingencia sanitaria hasta estos días, he venido insistiendo y sosteniendo, que hay cientos de propuestas que pudieron haberse implementado si, un poco de humildad, hubiese reinado en el edificio ubicado en República de Argentina de la Ciudad de México. Sí, esas propuestas, tienen su base en las diversas estrategias que han echado andar los maestros y maestras de los distintos niveles del Sistema Educativo Nacional; no obstante, y a pesar de que conocemos esas propuestas, la SEP decidió montar un teatro, una puesta en escena, como las que las grandes televisoras están acostumbradas a montar, sin mayor respeto a la inteligencia humana y sin mayor respeto por lo que ocurre en cada una de las aulas.

En suma, la incapacidad de reaccionar de la SEP es inmensa porque, parafraseando a Gil Antón, al autobús solo le pusieron televisión.

Las escuelas de tiempo completo, la lucha que viene.

Trece programas educativos ya no recibirán financiamiento gubernamental en 2021; esto, de acuerdo con el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021 (PPEF21) que, en días pasados, el Secretario de Hacienda, Arturo Herrera, entregó al Congreso de la Unión. Entre los programas que podrían desaparecer destaca el de las Escuelas de Tiempo Completo (PETC) mismo que, como sabemos, comenzó a operar en escuelas de educación básica en 2007. ¿Su objetivo? A pesar de que con el paso del tiempo se ha modificado, no dista de lo que la Secretaría de Educación Pública (SEP), en 2016, apuntaba: fortalecer la calidad de los aprendizajes a través de esta modalidad educativa, optimizando el uso efectivo del tiempo escolar con la idea de reforzar las competencias relacionadas con la Lectura y Escritura, Matemáticas, Artes y Cultura, Recreación y Desarrollo Físico, así como los procesos de Inclusión y Convivencia escolar (SEP, 2016); hecho que implicó extender la jornada escolar de las instituciones educativas participantes, con el propósito de ampliar las oportunidades de los estudiantes porque, con ello, a decir de la SEP, se mejorarían los resultados obtenidos en el Sistema Educativo Mexicano (SEM).

Como parece obvio, la noticia no cayó muy bien que digamos en ciertos sectores sociales y educativos que, ven en este programa, muchas bondades puesto que, además de que se amplía el tiempo para el abordaje de contenidos curriculares en los rubros ya señalados, ofrece alimentos a los estudiantes mediante un comité integrado por padres y madres de familia mismos que, presuntamente, son supervisados por un coordinador de servicio alimentario que en cada escuela se ofrece.

Ahora bien, importante es mencionar que, en sus inicios, este programa estaba dirigido a escuelas que recibían a alumnos cuyas condiciones socioeconómicas eran adversas o desfavorables; sin embargo, con el paso del tiempo, las reglas de operación del PETC se modificaron sustancialmente, permitiendo que aquellas instituciones que decidieran participar, lo hicieran, ya sea porque ya se encontraban dentro del programa, porque presentaban bajos resultados educativos, o bien porque dichas escuelas, se ubicaban en contextos indígenas o migrantes.

¿Qué evidencia existe sobre la pertinencia de este programa en cuanto a los aprendizajes que pudieron haber obtenidos los estudiantes durante su implementación? Sugiero revisar los textos de: Diego Armando Luna Bazaldúa y Pablo Gerardo Vélazquez Villa “Evaluación del impacto del Programa de Escuelas de Tiempo Completo en medidas de logro académico de centros escolares en México”; de Marcela Georgina Gómez Sermeño y Lorena Alemán de la Garza “Estudio de caso: programa escuelas de tiempo completo (PETC)”; de Rafael de Hoyos “Las escuelas de tiempo completo y la equidad educativa”. En éstos se advierten, ciertos datos que fueron obtenidos a partir del tratamiento de la información recabada de los resultados de la aplicación de la prueba ENLACE (Evaluación Nacional de Logros Académicos en Centros Escolares) o PLANEA (Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes) a estudiantes de educación básica y en los que se observa que, en muchos casos, los resultados que obtuvieron los alumnos, mejoraron en algunos rubros.

En este mismo sentido, y sobre el tiempo escolar en esta modalidad educativa, que es un tema que también ha sido de interés por parte de investigadores y académicos, sugiero leer un texto que me parece de lo más interesante, el de Abel Pérez Ruiz, Rosalba Ferrer Meza y Enrique García Díaz “Tiempo escolar y subjetividad: significaciones sobre la práctica docente en escuelas de tiempo completo”; en éste, se ofrecen algunas visiones de profesores de educación básica sobre el hecho de trabajar en el PETC, así como también, las significaciones que los autores rescataron sobre ello. Insisto, es un texto que me parece interesante, dada inquietud por conocer qué piensan y cómo significan su quehacer, los profesores que laboran en este programa.

¿Qué evidencia tiene el gobierno federal para que se deje de financiar el PETC? Ninguna. ¿Por qué dejar de financiarlo? La respuesta seguramente se encontrará en los pasillos de Palacio Nacional o, en las oficinas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Por mi parte debo reconocer que, si bien es cierto que en ciertas escuelas de educación básica el programa opera con algunas dificultades, también es cierto que en un buen número de instituciones educativas se desarrolla sin mayores problemas. Tal vez, uno de los inconvenientes que se hizo latente desde que se implementó el PETC en nuestro país, estuvo relacionado con la inadecuada capacitación y orientación que recibieron los colectivos docentes para su puesta en marcha; esto, aunado a la organización que en cada centro educativo se daba al inicio del ciclo escolar con el propósito de que, tanto las actividades relacionadas con el currículo, como aquellas que les significaban el trabajar con talleres y/o las actividades deportivas, no propiciaba una completa articulación o la “transversalidad” requerida para su adecuado funcionamiento.

En cualesquiera de los casos, si hay evidencia que demuestra que el PETC favorece la adquisición de aprendizajes de los estudiantes, además de lo que les puede significar la nutrición a estos alumnos, considero que debería continuar dicho programa; de hecho, mayores recursos no le vendrían nada mal, sobre todo si pensamos que, para que éste se desarrolle favorablemente, tendría que considerar esquemas de capacitación y actualización que les permitan a los colectivos docentes, tener a la mano un esquema integral que favorezca, no la saturación de actividades y tiempo escolares, más bien, que contemple poner en marcha estrategias didácticas de manera colegiada, ya sea a través de un aprendizaje basado en proyectos, de problemas, de colaboración o de cooperación; en fin, insisto, la capacitación resultaría fundamental para propiciar estos espacios de construcción de propuestas colaborativas sobre el quehacer docente en esas escuelas.

Finalmente deseo señalar que, ante la posible desaparición del PETC, han surgido voces en el magisterio que, como decía al inicio, han visto con buenos ojos su implementación, caso concreto, el Movimiento Magisterial de Tamaulipas, integrado por docentes de esa entidad federativa y quien, a través de su vocera, la profesora Reyna Campuzano, ha dado a conocer que ya iniciaron con la recolección de firmas y datos de las escuelas que operan bajo esta modalidad educativa, para hacérselas llegar a los Diputados (Noticiero de Victoria, 15/09/2020), los cuales, como parece obvio, tienen en estos momentos la palabra y, sobre todo, la decisión de hacer que su discurso cobre sentido en los hechos al no desaparecer un programa sin que tengan elementos para ello.

Al tiempo.

Referencias:

SEP (2016). Conoce más sobre las escuelas de tiempo completo. Recuperado de: https://www.gob.mx/sep/articulos/conoce-mas-sobre-las-escuelas-de-tiempo-completo#:~:text=Las%20Escuelas%20de%20Tiempo%20Completo%20optimizan%20el%20uso%20efectivo%20del,la%20Inclusi%C3%B3n%20y%20Convivencia%20Escolar

El presupuesto 2021: un atraco para el normalismo mexicano.

Atrás han quedado los 10 puntos sobre la educación pública que ex candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, presentó en Guelatao como parte de su estrategia de campaña con miras a las elecciones del 2018. Atrás quedó aquella idea del Fortalecimiento de las Escuelas Normales y de la Universidad Pedagógica Nacional, para lograr la formación de maestras y maestros de excelencia. Atrás quedó aquella promesa tan sentida y necesaria de revalorizar al maestro porque, como nunca antes se había visto, el gobierno peñanietista había denostado al magisterio.

Sí, todo ello quedó en el pasado. De hecho, fueron momentos en lo que la contienda electoral se encontraba en su máximo esplendor y, como parece obvio, era necesario prometer lo que había de prometerse, sin que ello significara empobrecimiento. ¿Qué podría pasar siendo ya gobierno? La realidad que vivimos en nuestros días nos ha demostrado que, efectivamente, prometer no empobrece, no obstante, hay de promesas a promesas y, como tales, deben cumplirse. ¿No acaso el cumplimiento de éstas aseguraría la concreción de una Cuarta Transformación como la que también fue prometida al pueblo de México?

En efecto, estas cuestiones, y el hartazgo de millones de mexicanos hacia un sistema que, en lugar de velar por los intereses de los más necesitados privilegiaba los de las élites del poder, fueron algunos de los motivos que, insisto, llevaron a la victoria en las urnas al actual Presidente de la República. No obstante, lo anterior, bien se dice que una cosa es la contienda electoral y otra, muy diferente, la de gobernar. La primera, está directamente relacionada con el arte de persuadir, mientras que la segunda, con el arte de gobernar. Y es allí donde se encuentra el meollo del asunto: no es lo mismo gobernar que aspirar a gobernar. ¿Cuántas veces no habremos escuchado expresar a un político que las cosas “ahora” sí cambiarían?, ¿cuántas veces no habremos escuchado expresar a un político que éste no es igual a los anteriores porque, indiscutiblemente, es diferente?, ¿cuántas veces no habremos escuchado expresar a un político aquella cantaleta que refiere que de llegar al poder jamás se olvidaría de sus promesas de campaña? Efectivamente, la inmensa mayoría de mexicanos en edad de votar, con mucha seguridad, en algún momento de sus vidas, habrán escuchado estas y otras arengas. Y qué pasó después, es decir, qué sucedió con aquel político que llegó al poder con una inmensa carga de promesas sobre sus hombros: nada o casi nada; sencillamente olvidó aquello que prometió y la cosa se fastidió. Triste realidad; penoso sistema político mexicano.

Y bueno para entrar en materia, en días pasados, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera, entregó al Congreso de la Unión el paquete económico 2021, mismo que está integrado por tres documentos: los Criterios Generales de Política Económica, la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF21). En este último, como parece obvio, se hacen latentes, aquellos incrementos y disminuciones que habrán de tener diferentes programas que, en el ámbito educativo, son fundamentales para atender a los sectores más vulnerables de la población infantil. De hecho, llamó mi atención que, precisamente, 13 programas educativos ya no recibirían financiamiento gubernamental o, lo que es lo mismo, estarían en riesgo de desaparecer por esta misma situación. Tales programas son: el de escuelas de tiempo completo, el de formación y certificación para el trabajo, el fortalecimiento a la excelencia educativa, el de expansión en la oferta educativa en educación media superior y superior, el de la carrera de los docentes, el de desarrollo de aprendizajes significativos de educación básica, el de convivencia escolar, el de atención a la diversidad de la educación indígena, el de atención educativa de la población escolar migrante, el de evaluaciones confiables de la calidad educativa y difusión oportuna de resultados, el del sistema de información y gestión educativa, el de reconstrucción, y el de formación de recursos humanos basados en competencias. Si, así como lo leyó usted, estos son los programas que, según el proyecto de presupuesto presentado por el Secretario de Hacienda, dejarían de recibir financiamiento gubernamental. La razón por la que se dejaría de financiar dichos programas no es clara, de hecho, la SHCP, alude a que tales razones, están directamente relacionadas con los efectos que ha traído consigo la contingencia sanitaria derivada del Covid-19, además de la drástica caída de la actividad económica del país que, de acuerdo con el Secretario de Hacienda, reflejará una disminución del Producto Interno Bruto (PIB) en, al menos, un 8.8 %. ¿Razón o razones suficientes para que dejen de recibir financiamiento estos programas?, ¿por qué no se revisó y reasignó el recurso para el programa de becas a estudiantes que actualmente está en marcha porque, como bien se sabe, la recepción de esta beca, no significa que se aminoren los problemas que vive el Sistema Educativo Mexicano en su conjunto?

Por lo que respecta a la educación normal, en el mismo PPEF21, se observa una asignación de 20.6 millones de pesos, lo cual representa una disminución histórica del 95.3% puesto que, en el 2020, se le asignó una cantidad de 440.7 millones de pesos. En este sentido no debe olvidarse que, precisamente en el 2020, el Subsistema de Normales, también se vio afectado con los recortes presupuestales que la misma SHCP proyectó para ese año. No obstante, el Congreso de la Unión rectificó, y la asignación quedó en las cifras que he proporcionado.

En datos concretos, la asignación de poco más de 20 millones de pesos a la educación normal en el PPEF21, significaría entregar a cada estudiante normalista la cantidad de 229 pesos anuales en 2021. ¿De qué manera se pretende fortalecer a las escuelas normales si, para acabar pronto, con el presupuesto asignado muchos de sus programas académicos y de gestión se verían afectados por tales cuestiones?, ¿de qué manera el presidente pretende cumplir con una promesa de campaña si, para acabar pronto, los 229 pesos proyectados no son suficientes para que los estudiantes reciban una educación de excelencia como él lo había prometido?, ¿de qué manera se pretende fortalecer a las escuelas normales quienes, por décadas, fueron sometidas al olvido?, ¿de qué manera se pondrán en marcha las acciones que derivaron de las aportaciones que los más de 200 Delegados Nacionales Normalistas formularon en el Congreso Nacional para el Fortalecimiento y Transformación de las Escuelas Normales en 2019?, ¿de qué manera la Dirección de Educación Superior para Profesionales de la Educación pondrá en marcha proyectos para beneficio de los más de 90 mil estudiantes normalistas inscritos?, de qué manera los profesores normalistas podrán cumplir con las tres áreas sustantivas que, como Instituciones de Educación Superior, tienen que desarrollar en sus respectivas centros educativos? Sí, de qué manera comprender que las promesas de campaña difieren de los hechos. ¿Un asunto de pandemia?, no lo creo, repito, el año pasado SIN PANDEMIA, se proyectó un recorte importante para la educación normal que se brinda en México.

Esperamos que los representantes del Congreso de la Unión hagan su trabajo y, verdaderamente, se preocupen y ocupen en reconsiderar estas disminuciones y faltas de financiamiento a ciertos programas que, como decía, son favorables para ciertos sectores de la población que más los necesitan. Esperamos pues, que el mismo presidente recuerde esas arengas expresadas en Guelatao, a cientos de maestros que estuvieron presentes porque, si bien es cierto que el normalismo mexicano es un ente imperfecto que puede perfeccionarse gradualmente, éste podría sufrir el mayor atraco que la historia haya registrado si es que se aprueba el PPEF21.

Al tiempo.

¿El SNTE democrático? Una falacia en Tlaxcala y Nuevo León.

La ilegalidad y las ansias por tener o mantener el poder, nos hacen ver momentos que no hubiéramos imaginado; y es que en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) está pasando de todo. Esto, por la emisión de su Reglamento para la Elección de sus Directivas Seccionales y los procesos de renovación que, a partir de éste, han comenzado a realizarse en dos estados de la República Mexicana: Nuevo León (Sección 21) y Tlaxcala (Sección 31).

En primera instancia es necesario advertir, que el Reglamento en comento vive en la ilegalidad porque, como bien sabemos, el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje (TFCA) lo rechazó, motivo por el cual, al no corregirlo dado el incumplimiento de las observaciones que éste le hizo saber, no le otorgó la “toma de nota” requerida y necesaria para su validación legal. De ahí que pueda comprenderse la declaración de su actual dirigente quien, a través de esos viejos “usos y costumbres” de los que se valen en esa organización sindical, intentó desviar la atención sobre este asunto afirmando que “el SNTE rechazaba cualquier intento de injerencia en su democracia” (SNTE, 7/02/2020). Mensaje que tuvo claros destinatarios: La Maestra Gordillo, la Cámara de Diputados y… ¿la Secretaria de Trabajo, Luisa María Alcalde Luján? y ¿el mismo Presidente López Obrador? Sobre estos últimos, los hechos indican que sí, el mensaje también fue para ellos.

Dicho lo anterior, para ser más específicos, el 25 de febrero, en Tlaxcala, se difundió la Convocatoria para la Elección de la Directiva Seccional Sindical de la Sección 31 del SNTE (SNTE, 25/02/2020). Insisto, aún y cuando el Reglamento fue rechazado por el TFCA. Para esos momentos, a nivel nacional, se veían y escuchaban varios reclamos entre los que destacan: la ilegalidad de ese reglamento; la incoherencia e inconsistencia de los requisitos solicitados para que un trabajador de la educación pudiera participar en ese proceso que fue catalogado “democrático”; y la solicitud expresa de convocar, en primer lugar, a la renovación de la Dirigencia Nacional.

Con estas inquietudes, mismas que le valieron un reverendo pepino al CEN del SNTE; como ya decía, se emitió y difundió la Convocatoria que refiero en el párrafo anterior. Luego entonces, vinieron una avalancha de sucesos dignos de registrar, difundir y divulgar.

  • El miércoles 26 de febrero, cerca de las 15:00 hrs., vía whatsapp, se notificó a los trabajadores de la educación del estado de Tlaxcala que, el jueves 27 del mismo mes, se suspenderían labores porque la Sección 31, a través de sus Delegados Sindicales y Representantes de Centros de Trabajo, efectuarían una asamblea sindical con motivo de la renovación de su dirigencia (El Sol de Tlaxcala, 27/02/2020). Hecho que causó severo malestar, específicamente, en los profesores y padres de familia quienes, como parece obvio, no fueron notificados mediante comunicado oficial a la hora de salida de ese 26 de febrero; es más, vía ese mismo medio de comunicación (whatsapp), a las 5 de la madrugada del día 27 de febrero, se estuvo notificando a padres de familia sobre la suspensión de actividades. No obstante, lo anterior, algunos profesores acudieron a sus escuelas, a muy temprana hora, solamente para regresar a sus alumnos a sus casas y, en el mejor de los casos, en pocas escuelas, si se laboró normalmente. Al respecto es importante mencionar que la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE), vía redes sociales (Facebook), emitió, a las 21:30 hrs., un comunicado confirmando las versiones que, para ese entonces, traían vueltos locos los celulares: la suspensión de clases (https://www.facebook.com/septlaxcala/photos/a.300304597661/10158274254692662/?type=3&theater). ¿Dicha suspensión contó con el aval de la Secretaría de Educación de la entidad? ¡Vaya cosas!
  • Mientras el caos reinaba por la indefinición de la suspensión de clases o no, los rumores se esparcían a raudales: se hablaba de la conformación de una planilla de “unidad”, misma que seguiría la línea del actual dirigente estatal; y de otra conformada por los “disidentes”, un grupo de trabajadores que, aunque también se encuentran en el Comité Ejecutivo de esa Sección, no pertenecían a esa línea que refiero.
  • Para el jueves 27 de febrero, pasadas las 10 de la mañana, los Delegados Sindicales y/o Representantes de los Centros de Trabajo, condujeron las asambleas a las que fueron convocados los agremiados a la Sección 31. De ahí, se propuso que se elegiría un “representante” para que éste se incorporara a la “asamblea” general que se efectuaría a las 15:00 hrs., en un Centro Vacacional alejado de la ciudad capital. Y así fue. ¿Importaron los reclamos de la base trabajadora porque a todas luces, y a decir de ellos, se dio un “madruguete” democrático en esas asambleas? No, no importaron.
  • Comenzada esa “asamblea general” se dio paso a la simulación más grande de todas: la “elección” de los integrantes de esa planilla de “unidad” que ya refería; esto, comenzando con los cargos más bajos hasta llegar al cargo más “alto”, el de la Secretaría General. Como parece obvio, las “cargadas” hacia tal o cual propuesta se hicieron presentes y, entre reclamos y posturas encontradas entre los presentes, surgió el “candidato” que habría de contender en las elecciones que tendrán lugar en este mes (marzo de 2020) en la entidad tlaxcalteca.
  • En este lapso de tiempo; es decir, mientras se discutía y conformaba la planilla de “unidad”, la otra planilla, la de los “disidentes”, se registró, y también, como parece obvio, la “cargada” estuvo hacia quien, años atrás, había sido mencionado como aquel que ocuparía el lugar que hoy tiene a su cargo el Dirigente Sindical. ¿Más de lo mismo o, mejor dicho, los mismos de siempre? Claro, el Reglamento así lo permite.

Sí, así como lo leyó usted, en prácticamente en un par de días, se montó un espectáculo “democrático” sindical que evidenció, la lucha por el poder sin que, en ello, se observara un solo dejo de preocupación por lo que a toda organización debería ocupar: la defensa de los intereses y derechos de los trabajadores de la educación.

¿Dónde estaban los candidatos que en este momento contienden por ocupar las directivas seccionales en la Sección 31 cuando, derivado de la mal llamada reforma educativa de 2013, se agredió a los maestros y maestras de México? Fue una de las preguntas que lancé vía redes sociales, así como también, ¿qué tipo de sindicato necesitan los trabajadores de la educación? Las respuestas a esta última, hablan de un Sindicato ético, honesto, incorruptible, ajeno a los compadrazgos, que defienda los derechos de los trabajadores de la educación, que atienda las peticiones de los profesores ante el abuso de la autoridad, y un largo etcétera más.

¿Es tan difícil considerar estas ideas/propuestas para sanear y mejorar la vida interna del SNTE? Tal parece que sí, así es; los hechos nos muestran que, mientras el discurso tiende a construir una imagen “favorable” y “democrática” sobre esta organización sindical, las acciones evidencian la podredumbre que reina en quienes, desde hace mucho tiempo, son conocidos no precisamente por su honestidad, transparencia y, mucho menos, por su democracia, sino por un “charrismo” que, en más de una ocasión ha permitido que, a los trabajadores de la educación, se les bofetee en la cara.

¿Sucederá lo mismo en las demás Secciones Sindicales?, ¿qué pasó y sigue pasando en Nuevo León?

Hasta cuándo magisterio, hasta cuándo…

Referencias:

SNTE. (7/02/2020). El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación reivindica los derechos de libertad y autonomía sindical. Comunicado 04-2020. Recuperado de: https://www.snte.org.mx/web/vernoticias/26731/29/snte-rechaza-cualquier-intento-injerencia-democracia.

SNTE. (25/02/2020). Convocatoria para la Elección de la Directiva Seccional Sindical de la Sección 31 del SNTE. Recuperado de: https://www.snte.org.mx/seccion31/convocatorias?fbclid=IwAR3_otpbIY9O3nbtAep5lmdcz1y7aPrOBilB3NfIBCIlKu-SAv8YktfymXE

Lima, J. (27/02/2020). Suspende SEPE clases por asamblea sindical de la Sección 31 del SNTE. Recuperado de: https://www.elsoldetlaxcala.com.mx/local/suspende-hoy-sepe-clases-por-asamblea-sindical-de-la-seccion-31-del-snte-4895103.html

Y cuando despertó, el dinosaurio estaba allí: el SNTE Sección 42.

La idea de que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) surgió para defender los derechos de los trabajadores de la educación en nuestro país, es precisamente eso: una idea. Para muchos, representa otra cosa, un aliado del estado o, mejor dicho, del gobierno en turno como extensión de su control corporativo y gremial. Esto, porque como bien sabemos, esta organización sindical ha caminado de la mano del Estado posrevolucionario, por el centro político, bajo la ideología nacionalista y populista de la Revolución Mexicana (Góngora y Leyva, 2007), lo cual indica que su origen, estuvo vinculado al gobierno del Presidente Manuel Ávila Camacho y al Partido Revolucionario Institucional (PRI), conocido hasta 1946, como Partido de la Revolución Mexicana (PRM).

De esta forma, cuestionarse sobre la actuación de varios líderes que han ocupado la dirigencia nacional del SNTE es harto pertinente; no en balde se ganaron a pulso aquel mote que en el gremio es conocido como “charro”, en honor quien la historia ha catalogado como el auténtico “charro sindical” en México, de apellidos Díaz de León, por cierto.

Quiero pensar que, astutamente estos “dirigentes”, se han colocado del lado que mejor les ha convenido, más por sus propios beneficios que por los intereses de quienes representan o dicen representar. La historia así lo demuestra. ¿Por qué duró tantos años al frente del SNTE Carlos Jonguitud o La Maestra Gordillo? Es una pregunta que se antoja bastante interesante responder, pero más interesante resultaría saber, ¿cuáles fueron las acciones que éstos emprendieron para “defender” a los trabajadores de la educación de nuestro país?

En este sentido, abro un paréntesis para pedir que no se confunda lo que se conoce como una “conquista” sindical que, desde mi perspectiva no existe, con lo que la misma Ley del Trabajo otorga a los trabajadores al “servicio” del estado, pero también, con lo que se pudo haber “conseguido” a través de ciertas “negociaciones” electorales para, repito, obtener un beneficio propio que difiere, en mucho, de lo que obtiene un trabajador, en este caso, de la educación. ¿Por qué La Maestra llegó a ser, en 2002, secretaria general del partido tricolor? Cuestionamiento que, de nueva cuenta, se antoja bastante interesante responder, pero sigue siendo más interesante saber, ¿de qué forma se mantuvo en el poder en esa organización sindical durante más de dos décadas?

La historia, como decía, nos ha mostrado esa parte del “sindicalismo magisterial” en México que, curiosamente, nos remite a la historia del PRI y, recientemente, a la de Acción Nacional (PAN) y, en estos días, a la de Morena.

Así, como imagen que se desprende de un sueño, traigo a mi mente los eventos rimbombantes y faustosos en los que la figura omnipotente, siempre omnipotente, residía en quien dirigiera los destinos del PRI o, mejor dicho, del SNTE. ¿Acaso no eran lo mismo? Y luego, transcurridos varios años en los que la luna de miel de ese PRI con el pueblo de México terminó. ¿Acaso La Maestra no se sentó a lado del Señor… Fox y Calderón? Sí, los eventos continuaron; los aplausos, los “vitoreos”, el orgullo de ser sindicalista expresado hasta el cansancio por quienes, por años, vivieron, y aún viven, en los Comités Ejecutivos Sindicales fueron una constante. ¿Y los trabajadores de la educación?, ¿sometidos, ninguneados o marginados? Se imagina usted lo que hubiese pasado si, en aquellos tiempos, alguien hubiera levantado la voz para exigir justicia y la defensa de sus derechos ante un patrón arbitrario.

¿Cuál fue el destino de los maestros y maestras con Peña Nieto?, ¿por qué se permitieron los abusos, agresiones y vejaciones en contra del magisterio mexicano? Y de nueva cuenta retornan las imágenes que, por su naturaleza, parecen salidas de un sueño: Díaz de la Torre y Nuño, tomados de la mano, impulsando la mal llamada reforma educativa; sí, de la mano; siempre el SNTE a lado del gobierno.

En consecuencia, no es extraño que, en estos días, se observe el derramamiento de miel sobre hojuelas entre la SEP y el SNTE; sí, una nueva luna de miel entre Cepeda y Moctezuma, que confirma esa alianza inquebrantable entre el gobierno y el “sindicato”. Qué importan los partidos, qué importan los colores si, en resumidas cuentas, como bien diría Monterroso: cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. Sí, allí, fiel a sus costumbres; fiel a sus prácticas. Como cuando aquella famosa “Vanguardia Revolucionaria”, grupo de choque del SNTE con Jonguitud Barrios, aplastaba violentamente cualquier manifestación en contra de la organización sindical y, que ahora, se materializa en contra de maestras jubiladas de la Sección 42 de este mismo SNTE puesto que, en semanas pasadas, a empujones y golpes, fueron agredidas por integrantes del Comité Ejecutivo Seccional en Chihuahua. Sí, como bien decía Monterroso: cuando despertó, el dinosaurio estaba allí.

Curiosamente, esto no es de extrañarse; lamentablemente, hemos normalizado este tipo de hechos en los que, como bien decía un abogado: cuando la injusticia entra por la puerta, la ley sale por la ventana; y es cierto. ¿Cuántas injusticias laborales, en contra del magisterio, se encuentran registradas en cada una de las entidades de la República Mexicana? Basta con recordar aquel incidente en Xalapa, Ver. cuando, fuerzas de seguridad de ese estado, golpearon a profesores por oponerse a la evaluación punitiva que trajo consigo la implementación de la mal llamada reforma educativa.

En consecuencia: si exigir la detención ilegal de las cuotas sindicales que el estado de Chihuahua realiza a jubilados y pensionados para entregárselas a la Sección 42; si exigir respeto a los aumentos en las prestaciones que se acuerdan en la negociación nacional única; si denunciar el deterioro de Pensiones Civiles en esa entidad federativa; si exigir una disculpa pública por las agresiones que sufrieron varias maestras jubiladas de ese estado del país; si exigir una atención a ciertas demandas que, conforme a lo establecido en el artículo 10, párrafo II, de los estatutos del SNTE, sobre la defensa de los derechos laborales, sociales, económicos y profesionales de sus miembros como función primordial de este sindicato; si denunciar todo esto es estar en contra del gremio y de sus dirigentes, la verdad de las cosas es que, con las acciones emprendidas por esa directiva seccional con número 42, se demuestra una vez más que, en la representación metafórica del cuanto de Monterroso, el dinosaurio jamás se ha ido, siempre ha estado ahí, pero dudo mucho que se mantenga porque, indistintamente, los tiempos; sí, aquellos tiempos del todo omnipotente se han derrumbado. Si esto no fuera así, habría que preguntarse: dónde está el PRI en estos momentos.

Referencias:

 

 

El anacronismo de la SEP en tiempos del COVID-19.

Desde mi perspectiva, quienes se encuentran al frente de los diversos espacios que conforman la Secretaría de Educación Pública (SEP) de nuestro país, han subestimado, y subestiman, el trabajo que realizan los docentes de México. Esto viene a colación, por lo que se ha generado a partir de las decisiones que, derivadas de la pandemia por el COVID-19, se tomaron en el pleno del Consejo Nacional de Autoridades Educativas (CONAEDU). Un espacio en el que, desafortunadamente, no concurren docentes de todas las latitudes, solo funcionarios, muchos de ellos, alejados de lo que sucede a diario en las escuelas.

Al respecto, habrá quien me diga que esos funcionarios visitan las escuelas, que tienen datos y/o estadísticas que reflejan sus comportamientos (diversos entre ellas), que conocen sobre las problemáticas en cuanto a su infraestructura y necesidad de materiales, que saben sobre lo que implica el establecimiento de un Consejo de Participación Social o bien, que están al corriente en cuanto al funcionamiento de los Comités de Protección Civil; en fin, de todo aquello que se deriva del quehacer escolar cotidiano; sin embargo, el que se tenga un conocimiento sobre estos hechos, no significa necesariamente que eso sea una verdad inequívoca, por el contrario, el continuum escolar, ese que se vive a diario en las instituciones, en las aulas, en los pasillos de éstas, etcétera, son una realidad que, en muchas ocasiones, dista mucho de la visión que tal o cual funcionario tiene con relación a éstas.

En este sentido, diversos momentos de la historia de México nos han hecho ver, por un lado, la inexorable fuerza de la naturaleza, pero también, lo que la misma sociedad ha propiciado a partir de sus ideologías e intereses (comunes). En consecuencia, ambos casos, han alterado el curso de los ciclos escolares que, como parte de la organización del Sistema Educativo Mexicano (SEM), se han implementado con el propósito de que los miles y millones de seres humanos que concurren en las aulas, aprendan (algo). No obstante lo anterior, y a pesar de los infortunios, la escuela mexicana, sus maestros y sus alumnos, han salido avantes.

¿De qué manera la escuela mexicana se sobrepuso a la pandemia del 2009 cuando el virus H1N1 se hizo presente en nuestro país?, ¿acaso el grueso de maestros no reconoce las enfermedades cuando, a diario, ven a estudiantes con alguna de ellas, las cuales, pueden ser graves?, ¿por qué tener en mente que, esos profesores, son neófitos en los diversos asuntos que les ocupan y preocupan en sus alumnos?

Pues bien, si nos adentramos un poco a estos “misterios” puedo decir que, en efecto, el maestro realiza los ajustes que considere necesarios a su planeación con el propósito de que sus alumnos continúen con su aprendizaje. Éste es un asunto, que no necesariamente el docente implementa en razón de lo que la autoridad educativa determine. Lo han hecho, aún sin la orientación que brinda, por ejemplo, la guía para los Consejos Técnicos muy cuestionada en estos tiempos. De hecho, bien valdría la pena preguntarse en estos momentos, desde cuándo se implementaron esos “consejos” y cuáles han sido sus resultados porque, desde mi perspectiva, proponer que el colectivo docente vea y discuta lo que a través de un video el actual Secretario de Educación expresa, no es muy didáctico que digamos. En fin.

Volviendo al tema que me ocupa, debo señalar (en menor medida porque sobre este asunto ya lo han hecho diversos colegas míos, como Sergio Martínez Dunstan http://www.educacionfutura.org/el-covid-19-cimbra-al-sistema-educativo-nacional/ y Rogelio Alonso https://profelandia.com/coronavirus-retos-para-la-escuela-mexicana/), que la escuela mexicana y sus actores, adolecen de lo que muchos conocemos: una infraestructura inadecuada para la prestación del servicio educativo; servicios básicos y de primer orden, a todas luces, insuficientes; aulas hacinadas y poco propicias para la generación de aprendizajes y conocimientos; insuficiente participación de padres de familia, en diversos rubros; en fin, un conglomerado de situaciones que, como decía, no profundizaré en demasía, pero que me permiten contextualizar que, a pesar de estas cuestiones, los docentes cumplen su cometido. Por ello es que vuelvo a mi argumento inicial, el que la SEP subestima y ha subestimado al magisterio.

Al respecto, si usted revisa la Guía para el Consejo Técnico en su Sesión Extraordinaria para la Organización Escolar a fin de Enfrentar la Emergencia Epidemiológica del COVID-19, podrá darse cuenta de ello. En ella, además de “chutarse” el mensaje del Secretario de Educación, los docentes conocerán sobre el COVID-19, además, de proponer una forma de organizarse para que los niños, niñas y jóvenes, avancen en su proceso formativo. No olvidando, desde luego, lo que se propone para que se reanuden las clases sin riesgos. Medidas que, de cierta forma, son básicas. No obstante: ¿acaso los maestros y maestras no son hijos o padres de familia y, ante un tema de vital importancia como lo es esta pandemia, no están informados?, ¿acaso no tienen en mente y han trabajado sobre las actividades que podrían, en la medida de sus posibilidades, trabajar con sus alumnos?, ¿acaso no saben que tendrán que asegurar sus espacios para que, a su regreso, no haya ni corran riesgos? Tal parece que la SEP no ha aprendido la lección porque, si bien es cierto que todo lo anterior es necesario, también es cierto que hay cientos de realidades en nuestro país y que, como tales, deben ser tomadas en cuenta si es que en verdad se desea implementar una política de largo alcance, que no sólo atienda lo urgente, sino lo prioritario, en cuanto al bienestar de los mexicanos.

Muchos niños y jóvenes, desafortunadamente, en estos días de aislamiento voluntario, acompañarán a sus padres y/o familiares porque, lamentablemente, esas familias van al día y, desde luego, tienen que generar las condiciones para asegurar su bienestar.

En este orden de ideas, pensar en un plan de trabajo para que los docentes aseguren el aprendizaje de sus alumnos, así tal cual lo señala dicha guía, no tiene mucho sentido y mucho menos lo tiene cuando, desde las Secretarías de Educación de los estados, se giran instrucciones para que los maestros acuerden este trabajo con sus directivos, supervisores y/o jefes de sector (https://www.elsoldetlaxcala.com.mx/local/deberan-docentes-crear-tecnicas-para-estudios-a-distancia-4984139.html?fbclid=IwAR1-5yeSOGnccI5wRqODCo3a3ajkd2i6VfRZ6Z24NftCiMTg-Uq23x71l8E). ¿Cómo asegurar que el alumno realice sus actividades si el padre de familia se lleva a un niño a la venta de pan o lo incorporan en la maquila de algún producto?, ¿qué es lo que hace o tendría que hacer un docente en medio de este asunto?, ¿no tendría que pensarse en el ajuste de las planeaciones de los profesores para que, a su regreso, establezcan una estrategia con la finalidad de “nivelar” a los estudiantes que no contaron con los medios para trabajar en casa con aquellos que sí lo hicieron? Estoy seguro que, sobre esta última pregunta, todo docente lo tendrá contemplado y de ninguna manera se negará a ello.

Ciertamente, hay de realidades a realidades; y esta realidad, como seguramente habrá otras, son las que viven miles de niños y niñas en México. En consecuencia, si el brote del coronavirus se detectó en los últimos meses de 2019, ¿por qué la SEP no comenzó a informar sobre ello?, ¿por qué no sensibilizó a los profesores y, sobretodo, a los padres de familia sobre este asunto?, ¿acaso pensó que somos seres súper dotados, con escudos protectores, y que no afectaría a la población del mundo?, ¿por qué no se revisó el antecedente inmediato relacionado con el H1N1? La respuesta, creo, se halla en la importancia que se le ha dado a las orquestas musicales y no al fortalecimiento de una cultura física, de salud y bienestar en los seres humanos, de los mexicanos.

Al tiempo.